El pasado jueves tuvimos la oportunidad de visitar La Mina Costanaza, abandonada desde 1946, y que forma parte del proyecto
Minas de Logrosán a través del cual el Ayuntamiento de este municipio
cacereño ha comenzado la recuperación y puesta en valor de un rico
patrimonio minero de estaño y fosfato explotado en esta población desde tiempos prehistóricos.
El primer paso fue la creación en 2009 del Museo de Logrosán y la rehabilitación de esta antigua mina de fosfatos, el Pozo María y sus galerías, que fue la más importante fuente de materia prima para la fabricación de abonos de fosfato en Europa en el siglo pasado. Es una mina de interior cuya explotación llega hasta los 210 metros de profundidad; de ella se pueden visitar en la actualidad los dos primeros niveles de galerías. De ellos, el filón Costanaza ha sido explotado económicamente desde el siglo XIX y hasta mediados del XX como mina de fosfato para la fabricación de abono.
El primer paso fue la creación en 2009 del Museo de Logrosán y la rehabilitación de esta antigua mina de fosfatos, el Pozo María y sus galerías, que fue la más importante fuente de materia prima para la fabricación de abonos de fosfato en Europa en el siglo pasado. Es una mina de interior cuya explotación llega hasta los 210 metros de profundidad; de ella se pueden visitar en la actualidad los dos primeros niveles de galerías. De ellos, el filón Costanaza ha sido explotado económicamente desde el siglo XIX y hasta mediados del XX como mina de fosfato para la fabricación de abono.